Tiempo de Cuentos agosto 04, 2010



Estaba sentada en el mismo bar y a la misma hora en la que solía encontrarse con él. No quería darse cuenta de que estaba repitiendo los mismos movimientos y yendo a los mismos lugares que deseaba olvidar y es que el sabor que había dejado aquel individuo en sus labios ni con jabón se lo podía sacar.