Tiempo de Cuentos enero 19, 2011


Alargué tanto las noches para estar a tu lado, que las mañanas se me hicieron innecesarias y el trabajo estúpido, sirviente, esclavo con fines que solo existe en el pensamiento ilusorio del materialismo.

Toda una semana alargando horarios y espacios, solo para compartir tu aire y tu aliento abrazando, sin saberlo, mi sentido de libertad.

Quise detener el cuadro para quedarme en la foto; quieres ser parte de otro paisaje e intento a toda costa que te quedes en el mío cuando dices que lo quieres.

Te quiero aire tan fácil de respirar y de sentir, tan sencillo como desear la muerte en cada trozo de felicidad. El deseo se hace profundo y casi desesperante que ya no concibo tranquilidad ni quietud, ni ganas de un nuevo y bien elaborado intento…
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