Tiempo de Cuentos abril 19, 2021

Si sigues este blog te habrás dado cuenta que suelo hacerle guiños a la poesía, los lunes dedico el espacio a un poeta, a su obra, a un pedacito de su propia existencia. 

Hace poco tuve la suerte de cruzarme con la poesía del vate mexicano Jorge Sabines y he quedado maravillada. Me atrae su libertad, su modo de darle la vuelta al pastel. Escribe con  desenfado, utiliza el humor directo como recurso y lo demuestra en este poema que te regalo en este día que está a punto de acabar. 

Recuerda que la poesía no tiene tiempo y que siempre encuentra la forma de encontrarte.



¡Qué costumbre tan salvaje!



¡Qué costumbre tan salvaje esta de enterrar a los muertos! ¡de matarlos, de aniquilarlos, de borrarlos de la tierra! Es tratarlos alevosamente, es negarles la posibilidad de revivir.

Yo siempre estoy esperando a que los muertos se levanten, que rompan el ataúd y digan alegremente: ¿por qué lloras?

Por eso me sobrecoge el entierro. Aseguran las tapas de la caja, la introducen, le ponen lajas encima, y luego tierra, tras, tras, tras, paletada tras paletada, terrones, polvo, piedras, apisonando, amacizando, ahí te quedas, de aquí ya no sales.

Me dan risa, luego, las coronas, las flores, el llanto, los besos derramados. Es una burla: ¿para qué lo enterraron?, ¿por qué no lo dejaron fuera hasta secarse, hasta que nos hablaran sus huesos de su muerte? ¿O por qué no quemarlo, o darlo a los animales, o tirarlos a un río?

Habría que tener una casa de reposo para los muertos, ventilada, limpia, con música y con agua corriente. Lo menos dos o tres, cada día, se levantarían a vivir.

JAIME SABINES