Tiempo de Cuentos marzo 29, 2021

Yo cuento cuentos, pero a veces me gusta explorar otros géneros, a veces soy drmaturga y en otras me siento poeta, así que me atrevo a presentar un poema extraído de lo más profundo de mis entrañas.

Este día suelo compartir poesía de diferentes damas amantes de las letras rimadas o no, pero hoy quiero poner en tapete aquellas palabras que me conectan con la historia de la primera mujer que conocí: mi madre.


Mi madre ha muerto

 

Mi madre murió a los siete años. Caminaba libre, feliz, al son del ritmo de la vida.

Sola, única, efímera, leona y gacela, su libertad la cegó, no vio el tronco hueco, su debilidad la había golpeado, cayó.

Su dolor era la piedra de su agonía. Volvió a la vida y se convirtió en gato, era una felina sedienta, adolorida, 

atrofiada por la vida. Volvió a caer a los doce, las uñas no se lo impidieron. Ahora era cisne, ágil, ligera, dulce, lo había olvidado todo.

Limpia su ropa y avanza, aún tiene escondida la garra. Su plumaje confunde, desciende entre las ramas, ágil, ligera, dulce, pero un paso en falso sacude su memoria,

lo ha recordado todo. La memoria puede ser cruel, ha vuelto a morir de purito dolor. No quiere volver débil, se esconde, pero alguien la observa.

Ella se escabulle, ágil, ligera, dulce; juguetean, corren y se tropiezan, se revuelcan, dos almas perdidas que se encuentran. Hace fuego con dos piedras,

reúne su fuerza y su voluntad. Lo mira jadeante, hambrienta, él observa con las orejas alertas, lo disfruta y vuelve a morir, pero esta vez sonriente, feliz.

Murió muchas veces mi madre, pero volvió a la vida otras tantas, con una nueva mirada cada vez, como vivir en Oriente o ser diferente. Cree que es posible respirar libre y

vuelve hecha Águila. Protege a sus críos, les da de comer, les da su vida, los hace feliz. Pero el tiempo reclama su parte, la batalla es dura, está perdiendo, va a morir

y no puedo hacer nada. Mis alas son torpes y no puedo intervenir. Todos somos testigos de su caída vertiginosa, lenta y silenciosa.

Mi madre ha vuelto a morir a los sesenta y nueve años, ágil, ligera, dulce. ¡No! Grito desesperada. El tiempo y su dolor la han matado y yo no pude hacer nada.

@yenitosdecuento

14 cosillas:

Unknown dijo...

Ágil, ligera, dulce.... Como la vida y como la muerte.
Bello poema querida Yenitos

Marco dijo...

La vida y el transcurrir de ella en el iris de un hijo.

Ana Rosa dijo...

Nostálgico, conmovedor y fuerte. Bello poema.

Carolina dijo...

La transformación nunca termina... la continuamos.

Laurita SamRam dijo...

Añoranza y dolor, pero también admiración y fortaleza de la mujer que vida te di

Berti dijo...

vuelve hecha Águila. Protege a sus críos, les da de comer, les da su vida, los hace feliz. Así era mi madre

Unknown dijo...

Que hermoso e intenso poema...

Oportunidades
Perseverancia
Aprendizaje
Y algo de impotencia
Resignacion..

Maria Lucia dijo...

Porque se puede morir más de una vez... Gracias.

Anónimo dijo...

Gracias, que bello

Unknown dijo...

Un instante. ..
El aquí y ahora expandiendo su poder ...

Unknown dijo...

Un instante. ..
El aquí y ahora expandiendo su poder ...

Merak dijo...

La vida está llena de renaceres, la muerte no es más que transformación, quizá más bien EVOLUCIÓN, y tal parece que tú madre sigue evolucionando, y con ella, tú. Pues se muere un poco cuando mueren los que amamos.

Gracias, gracias, gracias. 🥰

Unknown dijo...

RENACER!!!
Q maravilloso!!!

Unknown dijo...

"Mi madre ha vuelto a morir a los sesenta y nueve años, ágil, ligera, dulce. ¡No! Grito desesperada. El tiempo y su dolor la han matado y yo no pude hacer nada".

Potente y desgarrador cierre.